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miércoles, 14 de diciembre de 2016

Hace tanto que no le escribo a tu ausencia, que los dedos han empezado a exigirme que los use...
Todo en mi es inútil sin ti. Los días han vuelto a ser largas horas de sonrisas vacías, de sueños quebrados y un dolor en el alma que lejos de extinguirse parece aumentar. A veces me gustaría saber si  es ese tipo de dolor que se va cuando lo has dejado de tocar y se cura  con el tiempo o  más bien es uno de esos que duran dos vidas. 

Es de madrugada, mi espacio y tortura favorita desde hace ya algunos años, me ha cambiado la vida con su ausencia. Ya no logro ser  la misma,  ahora soy un desastre mayor.

Puede que sea extraño, pero hay días en los que me levanto y de repente tu recuerdo ya no está... y entonces me esfuerzo por traerlo de nuevo.  Sabes me asusta que pueda llegar a quedarse solo en una esquina del vacío,  tal y como tú hiciste conmigo... Sé como duele que te abandonen y por eso no dejaría que nadie vaya ahí solo.

Quizás mis ansias de buscarte han logrado esclavizarse a la resignación. yo, ahora solo espero que en un acto más idiota, que revolucionario, no se les cruce la idea de que volver a ti es bueno.
 En ti solo hay rechazo. Si lo planteo de otra manera, tú eres el sol que da vida de lejos... sabes bien que si me acerco a ti; bueno... acabaré distinguiéndome, de igual manera que tu cariño por mi.  Porque eres un perfecto experto para destruir aquello que he soñado con el alma. Aveces  sin que quieras hacerlo y otras veces plenamente consciente de que más que cura, eres el arma suicida...

Supongo que hasta ahora con todo lo que he escrito no he hecho mas que reprocharte, pero cada vez me convenso de que  si esta vida no es muy buena con aquellos que aman con el corazón, porqué iba yo a ser benevolente con quien me ha abandonado en el invierno... y todavía no ha regresado par a sacarme de ahí.


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