Él

Él es una de esas personas que ves en la calle y Le quita el sentido a todo.  Lo ves, y todas las otras personas que has visto en tu vida, todos los poemas que has leído, todos los cuadros que has detallado, y todos los amaneceres por los que has esperado para deleitarte... Absolutamente  todo eso se reduce a lo más mínimo, a nada y a él. 

Creo que ya he empezado a enloquecer,  pero solo para confirmarlo voy a regalarte unos párrafos más. No sé quien eres en realidad. Tu nombre quedó como una incógnita llena de deseo en nuestro último encuentro. Tu  nombre es el que quiero escribir en todos  los sobres que envíe.  Nunca supe quien eras en realidad así que durante todos estos años  solo pude acompañarte. Solía creer que eras del tipo de persona que no hablaba,  hasta que me dijiste “adiós” entonces me di cuenta de que nunca llegué a conocer nada de tu alma. 

Yo, que nunca quise saber quien eras por si alguna vez te buscaba y no te hallaba.Yo, que siempre dude de  que alguien podía morir con poesía o de amor. Yo, que jamás llame al número que me diste por miedo a escuchar por última vez tu voz. Yo, que aprendería a cantar si si tú eras la letra. Yo, que creo que fumar se parece muy poco al suicidio cuando se compara con escribirte. Yo, que olvido parpadear cuando te miro. Yo, aliterada y mediocre.

Yo, te digo que por volver a escuchar tu “Adiós” me he vuelto poeta… ¿te imaginas que haría por volver a tomar tu mano?